Un padre que es víctima de una mujer con Trastorno Narcisista Relacional Encubierto – Forma Femenina (TNRE-f) puede desarrollar con el tiempo alteraciones profundas en su regulación emocional, como resultado de una exposición prolongada a un entorno psicológico hostil, contradictorio y manipulador.

Estos efectos no se producen de forma inmediata, sino gota a gota, como una erosión continua del sistema emocional y nervioso del hombre. Aquí te explico los principales problemas que puede llegar a sufrir:

1. Hipervigilancia emocional

El padre comienza a vivir en un estado constante de alerta.

Nunca sabe cuándo vendrá el siguiente reproche, la siguiente acusación, la siguiente humillación…
Esta hipervigilancia no solo lo agota, sino que deteriora su capacidad de descanso, concentración y toma de decisiones.

Se siente como si caminara todo el día sobre cristales rotos.

2. Inhibición afectiva

Para evitar conflictos o explosiones emocionales de su pareja, empieza a suprimir lo que siente: no expresa tristeza, no muestra rabia, no pide lo que necesita.


Esto lo convierte en un hombre emocionalmente bloqueado, seco por fuera, pero lleno de dolor sin salida por dentro.

3. Desregulación por explosión o desconexión

Después de mucho tiempo aguantando, puede tener estallidos de ira, llanto o desesperación, que luego le llenan de culpa. O bien, puede caer en el extremo opuesto: una desconexión total, donde parece “no sentir nada”.


Ambas respuestas son signos de un sistema emocional colapsado por agotamiento crónico.

4. Pérdida de identidad emocional

El padre comienza a dudar de lo que siente, de si tiene derecho a sentir, o incluso de si está loco.

Frases internas como:

• “Quizá soy yo el problema…”
• “Tal vez exagero…”
• “No debería sentir esto…”

Esta confusión emocional no es debilidad, es el efecto del gaslighting prolongado.

5. Ansiedad, depresión y disociación emocional

Muchos desarrollan síntomas compatibles con:

• Trastorno de Estrés Postraumático Complejo (TEPT-C)
• Anhedonia (incapacidad de sentir placer)
• Apatía emocional
• o crisis de ansiedad con síntomas físicos reales (taquicardia, sudoración, vértigo).

La mente intenta defenderse… pero ya no tiene energía para regularse con normalidad.

Conclusión

La víctima no es solo un “hombre triste”. Es un ser emocionalmente secuestrado.
Su corazón ya no reacciona como antes, no porque sea débil… sino porque ha estado demasiado tiempo en guerra sin poder defenderse. Y por eso, reconstruir la regulación emocional no es solo terapia.

Es volver a ser. Volver a confiar. Volver a sentir que uno tiene derecho a tener emociones… y que nadie volverá a usarlas en su contra.